Referencia: Gizmodo
La computación da un giro inesperado con la llegada del CL1, el primer ordenador comercial basado en neuronas humanas. Diseñado por la startup australiana Cortical Labs, este innovador dispositivo promete cambiar el futuro de la inteligencia artificial y la robótica.

En un anuncio que podría marcar un antes y un después en la computación, la empresa australiana Cortical Labs ha presentado el CL1, el primer ordenador biológico comercial que emplea neuronas humanas para procesar información.
El dispositivo, lanzado en el Mobile World Congress de Barcelona, funciona gracias a células cerebrales cultivadas en laboratorio, integradas en un chip de silicio. A través de un sistema operativo de inteligencia biológica (biOS), estas neuronas pueden ejecutar código y realizar tareas informáticas, abriendo la puerta a una computación más eficiente y adaptable.
Brett Kagan, director científico de Cortical Labs, describe el CL1 como “un cuerpo en una caja”, destacando su capacidad para aprender y evolucionar de forma similar a un cerebro humano.
¿Cómo funciona este ordenador biológico?
El CL1 combina elementos de la computación tradicional con biotecnología avanzada. Sus neuronas, que crecen sobre un sustrato de silicio, pueden enviar y recibir impulsos eléctricos de manera similar a como lo hace el cerebro humano.
Para garantizar la viabilidad de estas células, el ordenador está equipado con un sistema de soporte vital que controla factores como la temperatura y el flujo de gases, asegurando su funcionamiento por hasta seis meses.
Uno de los hitos previos a este lanzamiento fue un experimento en el que un prototipo compuesto por 800.000 neuronas humanas y de ratón logró aprender a jugar al videojuego Pong, según un estudio publicado en la revista Cell. No solo adquirió habilidades de autoaprendizaje, sino que mostró signos de sensibilidad en el entorno simulado del juego.
Beneficios frente a los ordenadores tradicionales
El CL1 podría superar muchas de las limitaciones de los ordenadores actuales, ofreciendo ventajas clave:
- Mayor capacidad de aprendizaje y adaptación, similar a la plasticidad neuronal del cerebro humano.
- Menor consumo energético, lo que lo hace más eficiente que los procesadores convencionales.
- Posibilidad de ejecutar código en una red neuronal viva, lo que podría revolucionar la inteligencia artificial.
Sin embargo, este avance también ha despertado preocupaciones éticas, especialmente en torno a la posible conciencia y sensibilidad de las neuronas utilizadas. Aunque la empresa afirma haber implementado salvaguardas para evitar dilemas bioéticos, no ha detallado en qué consisten.
¿Cuándo estará disponible el CL1?
Los primeros modelos del CL1 estarán a la venta en junio, con un precio inicial de 35.000 dólares. Aunque no es el primer bio-ordenador de la historia, sí es el primero que se comercializará para el público.
¿El inicio de una nueva era en la computación?
El desarrollo del CL1 se enmarca dentro del campo de la computación neuromórfica, una de las estrategias que se están explorando para superar las limitaciones actuales del silicio en la informática.
Junto con otras tecnologías emergentes, como la computación cuántica, la biocomputación basada en ADN y la computación fotónica, esta nueva generación de dispositivos podría transformar por completo la manera en que se procesan los datos y se diseñan las inteligencias artificiales.
El CL1 representa el primer paso hacia una computación más orgánica y eficiente, pero también plantea preguntas fundamentales sobre los límites entre la biología y la tecnología. Mientras la ciencia sigue avanzando, el debate sobre las implicaciones de estos sistemas apenas comienza.